El impacto de la gripe en la mortalidad general y la reticencia a la vacunación en pleno siglo XXI serán otros de los temas que se tratarán en la jornada organizada por la Sociedad Española de Epidemiología
Más de 100 epidemiólogos y profesionales de la salud pública se darán en cita en Madrid el próximo martes, 15 de octubre, en la tercera Jornada sobre Vacunaciones que organiza la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), con la colaboración del Instituto de Salud Carlos III y la Escuela Nacional de Sanidad.
Un encuentro para abordar los retos que plantean enfermedades como el sarampión, la parotiditis o la gripe, que se pueden prevenir con vacunas para las que ya hay objetivos de control o de eliminación. Diferentes expertos revisarán el impacto de la gripe en la mortalidad general y los brotes recientes de sarampión en Europa y en España, así como los retos para controlar la parotiditis.
Además, la SEE recordará las experiencias de la lucha contra la viruela a través de la expedición Balmis, cuando se cumplen 200 años del fallecimiento de Francisco Xavier Balmis, y se resaltarán los valores de la que fue la primera campaña de inmunización internacional en la historia de la salud pública.
La segunda parte de la jornada se dedicará a las dificultades que supone en nuestros días la reticencia a la vacunación. Diferentes ponencias se analizarán los conocimientos y actitudes sobre vacunación antigripal en profesionales de Atención Primaria, en obstetras y matronas y en profesionales de la salud pública.
El Grupo de Trabajo sobre Vacunaciones de la SEE quiere recordar, a través de esta jornada, que las vacunas son una herramienta fundamental para controlar, eliminar e incluso erradicar determinadas enfermedades transmisibles. En este sentido, recuerdan que el objetivo más ambicioso es la erradicación, hasta ahora solo conseguida con la viruela.
En la actualidad, se ha logrado la eliminación de la poliomielitis en diversas regiones del mundo y existen planes para alcanzar la eliminación de enfermedades como el sarampión o la rubeola. No obstante, cuando en un territorio se logra eliminar una enfermedad es necesario continuar vacunando para evitar que se reintroduzca.
El control es el objetivo más modesto, pero no por ello menos importante, subrayan desde la SEE, porque supone la reducción de la incidencia, la morbilidad y la mortalidad de una enfermedad hasta alcanzar un nivel localmente aceptable.
